Lo que aprendemos de nuestros hijos

Hay Muchas cosas que los hijos aprenden de nosotros para ser exitosos en la vida, sin embargo el aprendizaje es mutuo, muchas veces ellos nos dan grandes lecciones de vida que nos dejan reflexionando y nos hacen madurar a pesar de su corta edad y experiencia.

Filipenses 4.9 Pongan en práctica lo que de mi han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mi, y el Dios de paz estará con ustedes.

Miremos algunas lecciones que ellos nos enseñan:

  1. Debemos aprender a ser auténticos

    Sin duda, esta es una lección que los padres enseñamos a los hijos con gran frecuencia. Como Padres deseamos que ellos sean tal cual son sin tener miedo al qué dirán o a ser juzgados. Pero esta lección también nos la enseñan los hijos cuando ellos se muestran auténticos en la infancia.

    Los niños no tienen miedo a ser como ellos quieren ser, traviesos, atrevidos, exploradores, creativos, fuertes, siempre dispuestos a ayudarse mutuamente, y nunca se rinden por tener aquello que quieren obtener. Se muestran con sus defectos y sus virtudes, sin ocultar nada, dicen siempre la verdad, la imaginación es uno de los grandes tesoros.

    Así como ellos, debemos aprender a ser auténticos; a amarnos como somos sin cambiar nada de nuestra esencia y personalidad. Agradar a otros, buscar un elogio o aceptación te puede cambiar por completo, lo que te hará sentir insatisfacción y tristeza, al no poder ser tú mismo, no necesitamos parecernos a nadie.
    1 Tesalonicenses 5:11 Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo.
  2. La vida es de momentos

    Como adultos muchas veces tenemos los pensamientos en muchas actividades diarias, entre las obligaciones, responsabilidades, la economía, la salud, entre otras cosas; dejamos de experimentar esos momentos únicos que se viven en el aquí y ahora.

    Los hijos nos enseñan a vivir y a disfrutar cada momento de nuestra vida; ellos siempre transformarán cualquier momento en especial, divertido y lleno de aprendizaje. Son agradecidos, elocuentes, creativos y saben ser felices con lo que tienen. Ellos no piensan en el futuro ni en el pasado, solo viven su día a día.

    3. No son rencorosos
    Mateo 19: 14 Jesús dijo: Dejen que los niños vengan a mi y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.
    La inocencia de un niño no refleja ignorancia, ingenuidad, refleja la ilusión, la imaginación, su limpia y maravillosa manera de ver las cosas, una de las cosas que debemos admirar y aprender de los niños es su gran capacidad para perdonar y de olvidar. Tal vez, puedan reaccionar con cierta molestia o enojo cuando se sientan agredidos por otros.

    Sin embargo, esos sentimientos son olvidados en unos cuantos minutos, puesto que se reconciliarán enseguida y seguirán jugando felices de la vida. Prov.: 17: 9 El que perdona la ofensa cultiva el amor, el que insiste en la ofensa divide a los amigos.

    Es ahí precisamente la lección de vida que debemos aprender los adultos, a dejar el rencor y los sentimientos negativos que nos provocan las personas que nos rodean, para continuar con nuestra propia vida, aprendiendo a perdonar.

    4. Ser perseverantes

    Cuando las cosas no salen como esperamos es muy fácil darnos por vencidos. Esta lección que nos enseñan los hijos es precisamente que debemos continuar una y otra vez intentando alcanzar nuestros sueños, ya que ellos siempre lo hacen.

    Para ellos no hay límites, no existen obstáculos y todo lo que quieren lo pueden obtener, siempre y cuando sean perseverantes. Gálatas 6: 9 No nos cansemos, pues de hacer el bien; porque a su tiempo cosecharemos, si no nos desanimamos.

    Así que nosotros debemos adoptar esta lección y aplicarla en nuestra vida, seguir conquistando nuestros sueños será algo que nos mantendrá ocupados e ilusionados.

    5. Ser fuertes y valientes

    Esta es una palabra que les repetimos a nuestros hijos cuando tienen miedos, dudas o inseguridades. Sin embargo, muchas veces no la aplicamos a nuestra propia vida y no creemos ser tan valientes o fuertes. Salmo 56: 3 Cuando siento miedo pongo en ti mi confianza.

    La diferencia es que los hijos sí se creen que son valientes y por ello es que logran superar sus miedos fácilmente. Debemos aprender que tenemos la capacidad y la fuerza interior que nos harán invencibles, fuertes, resistentes a todo lo que nos cause dolor, malestar o afecte.

    Los niños pueden enseñarnos muchas lecciones de vida, por ello debemos estar atentos para aplicar esos aprendizajes en nuestro día a día. Nunca debemos subestimar a los niños por su corta edad o por su falta de madurez, muchas veces te sorprenderás de lo mucho que ellos tienen para enseñar a los adultos. 

1 Timoteo 4:12 No permitas que nadie te subestime por ser joven, se un ejemplo para todos los creyentes en lo que dices, en la forma en que vives, en tu amor, tu fe y tu pureza.

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