¿Qué es la sanidad interior?

Introducción

SANIDAD INTERIOR

La sanidad interior es el proceso mediante el cual una persona es liberada y sanada de heridas y de traumas del pasado (No necesariamente tuvo que vivir cosas terribles, a veces situaciones simples pero que marcaron su vida),  producidas por otras personas o hechos. Estas heridas son las que le impiden disfrutar la vida abundante en Cristo. Esto implica una transformación y una renovación de nuestra alma, voluntad, emociones y mente por medio de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo.

Las Experiencias duras y amargas han dejado heridas y vacíos en el Corazón, además de sentimientos de soledad, temor, miedo, depresión y ansiedad, Tomamos decisiones basadas en estos sentimientos que trae consecuencias en el estilo de vida que llevamos.

La palabra quebrantar significa: romper, separar con violencia las partes de un todo; Así puede estar el corazón hecho pedazos y herido.

Jesús vino al mundo para tomar cada pedazo de su corazón y todo aquello de su vida que está roto para ponerlo junto y sanar toda herida, rechazo, amargura, falta de perdón, culpabilidad y lo que sea que esté afectando su vida de forma negativa.

¿Por qué los creyentes necesitan sanidad interior?

Hay muchos creyentes que han nacido de nuevo, irán al cielo, son hijos de Dios y el Espíritu Santo vive en ellos. Sin embargo, siguen atados al pasado y a las heridas recibidas; continúan atados a vicios y son víctimas de la depresión, dejandose dominar por sentimientos de rechazo, complejos de inferioridad, ataduras sexuales, temores, inseguridades, y además, arrastran maldiciones generacionales; por esa razón, necesitan recibir la sanidad interior y la liberación.

¿Cuál es el propósito de la sanidad interior?

La sanidad interior está relacionada con la persona y su pasado. En la vida emocional, no hay tiempo ni espacio. Lo que afectó a la persona en el pasado, haya sido en su niñez o en su vida adulta, tiene vigencia en el presente. Hay un dicho en el mundo que dice que el tiempo borra las heridas, pero eso es una mentira porque Jesús es el único que vino a sanar los corazones quebrantados. Jesucristo pagó, por completo. Él les sana y les da una libertad completa (Isaías 53.1-5).

Las distintas etapas de nuestras vidas, en las cuales podemos recibir heridas, son las siguientes: en la edad prenatal, en la niñez, en la adolescencia, en la edad adulta y en la etapa matrimonial.

¿Cuál es el plan del enemigo?

El deseo del enemigo es herir a las personas de todas las formas y en todas las etapas de su vida. Él lo intentó con el Señor Jesucristo y lo intenta con cada uno de nosotros día tras día, sin descansar.

No podemos esperar que el tiempo borre las heridas, porque eso no sucederá. Solamente la sanidad interior, por medio de la Palabra y la unción del Espíritu Santo, nos hará libres.

También muchas personas se preguntan lo que la Biblia dice acerca de la sanidad interior. Si bien el término “sanidad interior” no se utiliza, la Biblia abarca el concepto de sanidad interior en varios lugares. La sanidad interior consiste en derramar tu corazón a Dios, mientras Dios se acerca a ti. Este proceso cambia tu corazón, que, a su vez, cambia tu vida, así como las vidas de quienes te rodean.

¿Qué dice la Biblia?

Cuando Jesús anunció por primera vez en Lucas 4:16-20, citó a Isaías 61. La Biblia menciona múltiples formas de sanidad interior en Isaías 61, incluyendo “vendar a los quebrantados de corazón”, “consolar a todos los que llorar, facilitar “el aceite de alegría en lugar de luto”, y proporcionar “un manto de alegría en lugar de un espíritu de desesperación”. Que los oprimidos serán puestos en libertad, los cautivos serán liberados.. Todo el capítulo se centra en la sanidad  interior. El hecho de que Jesús citó este pasaje cuando comenzó su ministerio hace hincapié en la importancia de la sanidad interior.

Jesús incluyó la sanidad interior en su ministerio,  la Biblia resalta en Juan 4:1-30. Cuando Jesús habló con la mujer samaritana en el pozo, su atención no estaba sobre la sanidad física. En su lugar, le proporcionó la sanidad interior que calmó sus más profundas heridas emocionales. Se conocieron en el pozo, porque la mujer no era bienvenida a sacar agua al lado de las mujeres “respetables”. Sin embargo, Jesús honró a esta mujer y la eligió para que revelará que él era el Mesías.

Dios ofrece la sanidad interior a todos los que nos acerquemos a su corazón y busquemos sanar el corazón herido. Hay un ejemplo en la Biblia donde se  registra un encuentro con Dios, eso está en I Reyes 19. El profeta Elías corrió por su vida y se escondió. Él se desanimó al punto de orar para morir. En primer lugar, Dios envió ángeles para satisfacer sus necesidades físicas. Luego, Dios le respondió al dolor de Elías por acercarse y llegar en un suave susurro. Finalmente, después de que Elías experimentó la sanidad interior, estaba listo para seguir adelante con el plan de Dios.

También puedes ver más versiculos biblicos de sanidad interior en este link:

https://cvclavoz.com/te-ayudamos/versiculos/versiculos-biblicos-sobre-la-sanidad-interior/

¿Cuáles son los beneficios de la sanidad interior?

Lo primero al experimentar la sanidad interior es que nos lleva a cambiar nuestras vidas y la de otros, empezamos a vivir  en paz, gozo, alegría, nuestro rostro  cambia, ya podemos reír, nos sentimos libres, es como si nos quitáramos un peso de encima, la gente cercana nos empieza a preguntar? que te paso?? se te nota el rostro  diferente¡¡¡ claro que sí…porque donde había amargura, rabia, odio, resentimiento, ahora es reemplazado  por el amor de Dios  y su perdón genuino.

Jesús no condenó a la mujer sorprendida en adulterio, pero, en cambio, sugirió que la persona que nunca había pecado tirará la primera piedra. Cuando nadie la condenó, la animó a cambiar su vida (Juan 8:1-11). Jesús sanó a María Magdalena de siete demonios (demonios, posiblemente, emocionales), y se convirtió en uno de sus más fuertes apoyos  ( Lucas 8:1-3).

La sanidad interior a menudo tiene lugar después de abrirle nuestro corazón Dios, expresando nuestras emociones. El Rey David, quien era conocido como un hombre conforme al corazón de Dios, escribió muchos salmos en los que expresaba sus emociones. La Biblia registra que Job derramó sus emociones ante Dios en el Libro de Job. Incluso Jesús derramó su corazón a Dios en el Huerto de Getsemaní la noche antes de su crucifixión. (Lucas 22:39-44).

Pasos para la sanidad interior

  1. Renunciar a los sentimientos de culpa

Lo primero que debemos hacer es renunciar a esos sentimientos de culpa y vergüenza, especialmente esos pensamientos falsos de que Dios está enojado con nosotros, o que nos abandonó, Cuando se trata de una herida física, ¿qué es lo primero que hacemos? Limpiarla   para que no se infecte y pueda sanar adecuadamente.

Cuando se trata de heridas emocionales, cargar con culpa, vergüenza, miedo, hace que el proceso de sanidad sea mucho más difícil. Cuando tenemos claro que Dios nos ama, perdona, y acepta, es uno de los fundamentos para recibir sanidad interior. Saber que Dios no está enojado o desilusionado con nosotros; crea un ambiente  de libertad y así podemos entregar nuestras  cargas a Jesús, y confiar en él.

Renunciemos a la vergüenza

Cargar con  vergüenza es una manera  de obstaculizar el proceso de sanidad interior porque nos separa  de la obra de sanidad de Jesús. recordemos que Jesús llevo en la cruz nuestra vergüenza y ya fuimos perdonados, Si queremos recibir sanidad en nuestras emociones dañadas,  y declaremos la Palabra de Dios acerca de nuestros pecados siendo perdonados y lavados por la sangre de Jesús.

No podemos culpar a Dios por nuestros problemas

Eso levantará un muro invisible, el cual impedirá que su poder sanador fluya hacia nuestras emociones. El Espíritu Santo no invalidará nuestro libre albedrío, y cuando lo culpamos, nuestro libre albedrío está poniendo nuestra mano en su rostro. Es importante que nuestro libre albedrío permita su obra, y no lo culpe por lo malo que nos ha sucedido. Es importante darnos cuenta de que Dios está a favor nuestro, y no en nuestra contra. Él desea vernos libres sanos y restaurados.

  1. No guardemos  las heridas entreguemos todo a Jesús

No podemos seguir guardando las heridas del pasado, entreguemos ese dolor a Jesús. Lo que debemos hacer es abrir nuestro corazón y expresar esas  heridas ante Jesús, si tenemos  que llorar esta bien, es necesario expresar esa rabia por todo el daño que nos causaron,eso es liberador  para poder  ser sanos. 

Si tenemos una herida física, y se convierte en una infección, y solo pusiéramos una cura sobre la herida, ¿resolvería eso el problema? ¡Por supuesto que no!

Necesitamos darnos cuenta que Cristo ha tomado nuestro dolor en la cruz, y si lo transferimos a él, él está esperando para sanar nuestras heridas. ¿Por qué debemos llevar algo que Cristo ha llevado por nosotros en la cruz?

Isaías 53:4-5

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”

La palabra “dolores” en este pasaje, en realidad se traduce como pena, o aflicción. Cuando Jesús derramó su sangre, él cargó con nuestro dolor interior y nuestras heridas, ¡para que no tengamos que hacerlo! La Palabra de Dios nos dice que él se preocupa por nosotros, y debido a este hecho, se nos dice que pongamos todas nuestras preocupaciones sobre él, 1 Pedro 5:7.

  1. Desarrollar una actitud agradecida

Desarrollar una actitud agradecida es otro paso para recibir sanidad emocional. La gratitud lleva a la confianza, si estamos agradecidos por lo que Dios nos ha dado, entonces será fácil confiar en él esas áreas de nuestra vida. El agradecimiento es también una  clave para superar el rechazo, es valorar el amor y la misericordia derramada por Dios hacia nosotros.

Imaginemos a Jesús parado a nuestro lado  con lágrimas en los ojos, sintiendo el dolor y el sufrimiento por el que estemos pasando. ¡La palabra dice que entreguemos  nuestras preocupaciones sobre él Porque  se preocupa por nosotros!

Juan 11:35-36

Entonces Jesús lloró. La gente que estaba cerca dijo: «¡Miren cuánto lo amaba!».

No sólo se nos ordena que estemos agradecidos, sino que la Biblia también nos dice lo que puede suceder cuando no estamos agradecidos:

Aquellos que no perdonan y juzgan a los demás han olvidado lo que Dios ha hecho por ellos. se llenan de amargura y deseos de venganza y nunca pueden ser libres, por eso no llegan las bendiciones, Cualquiera que esté verdaderamente agradecido  cómo Dios lo ha tratado, hará lo mismo con los demás.

Comencemos a estar agradecidos por las pequeñas cosas que Dios ha creado para nuestro deleite.  como las aves del cielo entonando melodías angelicales, , cuando vemos un atardecer, el azul del cielo, la grandeza del mar, cada detalle de la creación de  Dios nos  hace  ver la vida de otra manera, Dios lo creó todo para que podamos disfrutar.

Cuando nos damos cuenta de lo que Cristo ha hecho por nosotros, y estamos agradecidos por ese regalo tan hermoso de haber  sido comprados con su  sangre. entonces  perdonaremos a los que nos hicieron daño, porque ese amor es contagioso para dar a los demás.

Ser agradecidos es la clave para avanzar si luchamos con la falta de perdón. La falta de perdón y la falta de agradecimiento están estrechamente relacionadas.

  1. Renunciar al temor

El temor es una de las armas más poderosas que el enemigo usa para destruirnos. porque nos paraliza y no nos deja avanzar, pero nosotros tenemos una mejor arma y es el amor de nuestro Señor Jesús, recordemos que el amor echa fuera todo temor.

  1. Poner toda nuestra confianza en Dios

Otra clave para recibir sanidad interior, desde un trasfondo o raíz de rechazo, es poner toda nuestra confianza en nuestro Señor, aquí en el Ministerio Dios nos ha dado las mejores herramientas para ponerlas en práctica, Si te cuesta creer que Dios, entonces te recomendamos apasionarte por leer las escrituras, por orar y allí el Señor se manifestará de manera sobrenatural y te revelara cosas ocultas, lo profundo y lo escondido.

El enemigo siempre está ansioso de hacer sentir a una persona como si Dios estuviera enojado con ellos, que  nos olvido y  no nos escucha,  infunde temor,  hace que se sienta desanimada en su relación con él, y tiende a renunciar a pasar tiempo con Dios y acercarse a él.

  1. Enfoquémonos en la solución y no en el problema

¿Estás enfocado en tus problemas? ¿O en la solución?  Aquellos que se mantienen enfocados en el problema más que en la solución comenzarán a ver el problema como más grande que la solución.

¿Es tu problema más grande que la solución de Dios?

Jesús vino a traer la solución, y nosotros tenemos que aceptar la solución, pero al prestar más atención al problema, ignoramos la solución que Jesús tiene para hacernos libres.

Estar enfocado en los problemas crea un ambiente donde la depresión, la falta de perdón, la irritabilidad y la desesperanza pueden reproducirse. No podemos experimentar la sanidad interior mientras estemos enfocados en el problema. Si queremos recibir sanidad, debemos dejar a un lado los  problemas  y comenzar a meditar en la solución.

El enemigo va a querer traer miedo, por eso es importante escuchar la voz de Dios y no esas voces de desánimo, de estar recordando ese pasado, porque su objetivo es  agravar la herida y convertirla en una infección aún más profunda.

Cuando una persona ha sido herida, a menudo escogerá retener los sentimientos de odio y resentimiento, deseos de venganza,  en vez de ser sanada de su herida y ver a Dios hacer que todo esté bien.

¿Realmente quieres ser sanado?

O preferirías aferrarte a los sentimientos de odio y resentimiento dentro de tu corazón en contra de la(s) persona(s) que te han) herido? ¿Preferirías verlos sufrir y ser castigado por su maldad, o preferirías ser sanado por ti mismo y liberarte de los errores cometidos en tu vida?

Recuerda, Jesús dejó claro que, si queremos ser perdonados y dejar a un lado los  fracasos en la vida, entonces necesitamos dejar que otros se liberen y darles su misericordia y perdón, de esa manera nos liberamos y los liberamos a ellos.

Saquemos el odio y el resentimiento

Nuestras propias reacciones por lo que nos hicieron es lo que nos mantiene en prisión espiritual, como la  ira, el odio, el resentimiento y la amargura, esto produce consecuencias aún en nuestro cuerpo y  nos enfermamos,  porque somatizamos ese dolor.

El no perdonar tiene serias consecuencias para nosotros, ya que para alcanzar nuestro perdón necesitamos también perdonar a los demás, de lo contrario, Dios tampoco nos perdonará nuestros pecados.

Cuando elegimos perdonar, liberamos a una persona de su deuda para con nosotros, renunciamos al derecho de buscar venganza personal. decidimos que no vamos a tomar su transgresión contra él. También nosotros nos liberamos porque soltamos esa carga tan pesada que teníamos durante mucho tiempo y nos vamos a sentir libres.

  1. Derribar los muros  que impiden  el poder del Espíritu Santo

Otro de los pasos para sanar nuestro interior es derribar esos muros que impiden  el poder sanador y la luz del Espíritu Santo para sanar esa  herida y traer la sanidad. El Espíritu Santo está  listo para sanar nuestras emociones.

¿A qué paredes me refiero?

Son nuestras propias reacciones a lo que se nos hizo. Cuando reaccionamos con enojo, amargura, resentimiento, y escogemos dar lugar al diablo en nuestros corazones, estamos levantando muros alrededor de nuestras heridas que prohibirán que la luz de Cristo las sane. Por eso es vital que asumamos la responsabilidad de nuestras reacciones ante lo que se nos ha hecho. No estamos descartando o justificando lo que se nos hicieron, simplemente no permitiendo que los muros se levanten para prevenir que el Espíritu Santo sane nuestras heridas.

La transparencia es muy importante cuando se busca la sanidad de heridas emocionales. ¿Qué cura nuestras heridas? ¡La luz sanadora de Cristo! ¿Qué es lo que la luz requiere para pasar? ¡Transparencia! Si quieres que la luz sanadora cure tus emociones dañadas, entonces debes ser transparente… porque la luz requiere transparencia para pasar.

Debes perdonarte a ti mismo

Es importante que nos  aseguremos  de que nos hemos perdonado, y que nos  amamos; como Cristo nos ama. no vamos a permitir tampoco la culpa Es vital que nos  veamos  como Dios nos  ve, limpios, lavados con la sangre, y esos fracasos pasados realmente quedan eliminados . ¡Si continuamos caminando por ahí azotándonos como si nos hubiéramos  perdonado, entonces estaríamos  negando la obra que Cristo  en la cruz!

Muchas veces, aquellos que tienen heridas emocionales están en esclavitud a la culpa y a la condenación, y llegar a la realización de que sus pecados son perdonados, es quizás una de las llaves más poderosas para recibir sanidad interior.

Santiago 5:16

” Confiesense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos.

Una cosa útil es encontrar a alguien con quien hablar sobre tu problema; pero sobre todo que te ame y ore por ti. Hay un tremendo poder sanador en sacar algo a la luz y compartirlo con una persona de autoridad, aquí en el Ministerio internacional tenemos un equipo de mentores sanados, restaurados y llenos del amor de Dios dispuestos a ayudarte,  no para juzgarte ni condenarte, todo lo contrario para levantar tus brazos y mostrarte el verdadero amor de Dios. La Biblia nos dice que necesitamos confesar nuestras faltas  unos a otros y orar para que seamos sanados.

Para terminar si deseas disfrutar de una vida plena y en la libertad que Dios nos da, déjanos tus datos en el link de contacto o escríbenos Contacto@ministeriointernacional.com, también puedes enviarnos un mensaje por WhatsApp, estaremos muy atentos de poder ayudarte.

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¿QUIERES QUE JESÚS TE AYUDE DE HOY EN ADELANTE?

Repite esta oración:
PADRE CELESTIAL
Yo reconozco que soy un pecador, y que mi pecado me separa de ti.
Hoy creo con mi corazón y confieso con mi boca que Jesús es el Hijo de Dios,
Que el murió por mí en la cruz, y que Dios el Padre lo resucitó de entre los muertos. Te pido perdón y me arrepiento de todos mis pecados.

Renuncio a todo pacto con el mundo, con la carne y con el diablo,
Y hago un pacto nuevo contigo Jesús, Para amarte y servirte cada día de mi vida.
JESÚS, entra a mi corazón y cambia mi vida.
¡AMÉN!

Ahora lee tu Biblia diariamente y obedece lo que lees, escucha canciones que alaben a Jesús, canciones que hablen del amor de Dios.

¿Qué debes leer?

Sugerimos que comiences con el libro de Efesios 2 y saca la lista que dice de mí que soy… o el libro de Juan
Y después lee el libro de “Romanos.” Lo  que decidas leer, asegúrate de hacerlo todos los días y escribe que te hablo Dios, porque estas serán las promesas que te sanarán y liberarán.

DIOS NUNCA TE ABANDONARÁ